miércoles, 20 de noviembre de 2013

VALLE CENTRAL: y la ruta del vino

Imagínate en un antiguo tren paseándote por enormes extensiones de viñedos con una copa de buen vino en la mano mientras cantantes tradicionales entonan viejas tonadas. No es un deseo desquiciado, es una realidad que se reproduce semana a semana en el Valle de Colchagua, tal vez el más emblemático sitio del turismo de viñas en Chile.

La morfología de la zona central, entre dos cordilleras –la de Los Andes y la de la Costa– , está cruzada por varios ríos que forman fértiles valles. Desde los primeros tiempos de la Colonia estos valles han sido ampliamente aprovechados para plantar vides, originalmente traídas de Europa. A fines de los años 70 la producción de vinos comenzó a desarrollarse aplicando tecnología moderna y conocimientos que aprovechan al máximo la topografía en laderas, los vientos del mar y de las montañas, las diferencias de temperatura entre la noche y el día. Condiciones que han dado paso al reconocimiento de Chile como uno de los principales exportadores de vino del "nuevo mundo".

Cepas como Cabernet Sauvignon, Carmenere, Syrah, Pinot, Sauvignon Blanc o Chardonnay, son los estandartes de los viñedos de esta zona, sus sabores se diferencian sutilmente dependiendo de la latitud en que han sido cultivados. Podrás experimentar aromas, sabores y cuerpo de exquisitos vinos, orientado por expertos guías y/o sommeliers, anfitriones en las visitas a las empresas vitivinícolas.

Los valles de Aconcagua, Casablanca, San Antonio-Leyda, Maipo, Cachapoal, Curicó y Maule acompañan al de Colchagua en esta cruzada de degustaciones y placeres. Y el vino no es el único motivo, pero sí una buena razón para conocer los hoteles, rutas de cabalgatas, recorridos en bicicleta, museos y otros atractivos que hacen de viajar por estos valles toda una experiencia. Con una copa en la mano, claro.

Cómo llegar

EN AUTOMÓVIL
• Aconcagua: San Felipe es la ciudad más próxima a los viñedos. Desde Santiago, 94 km hacia el norte, a través de la ruta 57. Hay buses desde terminal Los Héroes.
• Casablanca: Se debe llegar al pueblo de Casablanca por la ruta 68, a 75 km al oeste de Santiago. Hay buses desde Terminal Pajaritos.
• San Antonio y Leyda: Desde Santiago al puerto de San Antonio, son 112 km al suroeste, por la autopista Del Sol. Salida a Leyda, km 92.
• Maipo: Pirque es el hogar del Maipo Alto. Desde el centro de Santiago por Av. Vicuña Mackenna hacia el sureste, hasta que se convierta en Av. Concha y Toro, en la comuna de Puente Alto. Al llegar a la Plaza de Puente Alto, siga por Av. Concha y Toro hacia el sur, en donde llegará al puente que cruza el río Maipo (Puente Concha y Toro). Continúe unos pocos metros más allá del puente, y se encontrará con la plaza de Pirque. Hay buses desde la estación Bellavista de la Florida (Línea 5).
• Cachapoal: Se ubica 14 km al sur de Rancagua. A esta ciudad se llega por la ruta 5 sur, a 84 km de Santiago. Hay un by-pass en los alrededores de Rancagua, por lo que es necesario estar atento a la señalización antes de llegar a la comuna de Graneros. Desde el terminal Santiago salen buses cada 30 minutos y desde la Estación Central hay varias frecuencias diarias a través del Metrotren. El trayecto demora 90 minutos.
• Colchagua: Santa Cruz es el punto principal del valle (191 km al suroeste de Santiago). Desde Rancagua hay que continuar por la ruta 5 sur hasta llegar a San Fernando por la entrada Norte, cruzar la Av. O'Higgins y tomar la ruta I-50, (Carretera del Vino) hasta la entrada a Santa Cruz por Paniahue. Salen buses desde el terminal Santiago y desde el terminal Rancagua.
• Curicó: a 194 km al sur de Santiago, por la ruta 5 sur. Salen buses desde Santiago hasta Curicó en el Terminal Sur cerca del Metro Universidad de Santiago. El viaje dura aproximadamente dos horas y media.
• Maule: Talca es el hogar de este valle de vinos. Por la ruta 5 sur, a 257 km de Santiago. Salen buses desde Santiago hasta Talca en el Terminal Sur cerca del Metro Universidad de Santiago. El viaje dura aproximadamente tres horas y media.




La zona del Valle de Colchagua, palabra que significa "lugar de pequeñas lagunas", cuenta con ricas tradiciones y cultura muy interesantes de visitar. Históricamente fue parte del imperio inca y posteriormente pasó a ser el lugar escogido por las familias de la oligarquía de Chile para construir grandes mansiones, algunas de las cuales siguen en pie.

El de Colchagua es otro de los valles transversales de la zona central de Chile, cuyas tierras están bañadas por las aguas del río Tinguiririca y donde se ubican las ciudades de San Fernando y Santa Cruz, dos de las más importantes de la región, y algunas localidades de gran interés turístico, como Chimbarongo, Lolol o Pichilemu.

En tu visita a este valle un hito es la conocida Ruta del Vino Colchagua, que incluye diecisiete bodegas productoras de vinos tintos y blancos, reconocidos internacionalmente por su excelente calidad, y tours para recorrer los viñedos y probar los vinos. Además encontrarás hoteles, restaurantes, tiendas de alimentos típicos, cabalgatas y El Tren del Vino.

Sin embargo, la cultura tradicional criolla cumple un rol turístico igual de relevante. Chimbarongo, por ejemplo, es un pequeño poblado que destaca por su artesanía en mimbre, la cual podrás observar incluso desde la carretera en pequeños puestos que se ubican al costado de ella. Lolol, por su parte, cuenta con el título de Zona típica o pintoresca, una de las categorías del Consejo de Monumento Nacionales, gracias a sus esfuerzos por mantener la hermosa arquitectura colonial de siglos pasados.
Y si quieres conocer uno de los mejores balnearios para practicar surf, no puedes dejar de visitar Pichilemu, situado en la costa de la región. A solo 40 km al este llegas a Santa Cruz, donde podrás visitar el Museo de Colchagua, que alberga algunas de las colecciones más importantes en cuanto al acervo cultural nacional, empapándote de un poco más de historia de esta atractiva zona y del país.




Quizás sea uno de los valles más emblemáticos de la zona central y con mayor raigambre vitivinícola. Fue en el Maipo donde los conquistadores fundaron las primeras viñas en la época colonial tras comprobar, como lo podrás hacer tú, las bondades del clima y su riqueza agrícola. Ubicado en plena Región Metropolitana, sigue el curso del río que bautiza al valle, acogiendo en sus faldeos a una buena parte del trazado urbano de la capital.

Destacan dos factores que hacen del Maipo un valle muy especial: su estratégica ubicación a pocos kilómetros de Santiago y Valparaíso y su topografía, que permite que se puedan producir variadas cepas a distintas alturas. Así, igual que la mayoría de los valles de la zona central de Chile, el del Maipo cuenta con una importante producción vitivinícola, siendo uno de sus principales atractivos turísticos. Podrás conocer varias viñas disfrutando de una copa de los mejores vinos chilenos, especialmente el mundialmente famoso Cabernet Sauvignon, cuyo prestigio nació en este valle. La Ruta del Vino Maipo Alto y la Viña Concha y Toro ofrecen visitas guiadas con degustación.
Si después de paladear un buen vino te gustaría conocer un poco más esta zona, son varias las localidades que te esperan. Isla de Maipo, situada a 40 km al sureste de Santiago, destaca por su tradición criolla y su esencia rural.

También tienes que visitar Calera de Tango que resalta especialmente por sus edificaciones de los tiempos de la Colonia. En esta localidad, situada al sur de Santiago, puedes visitar la Hacienda de Los Jesuitas, estructura de más de cien años de antigüedad, subir al Pucará de Chena, sencilla fortaleza incaica estratégicamente ubicada –domina el valle y a los dos únicos vados existentes en el río Maipo–, o simplemente, disfrutar de una empanada de pino (carne, cebolla, pasas de uva, huevo cocido) con pipeño, vino blanco al estilo campestre chileno que es parte de los secretos del valle.





A apenas 80 km de Santiago y a 41 km de Valparaíso, el Valle de Casablanca es uno más de los "valles transversales" que cruzan el centro de Chile entre la cordillera y el mar, y debe su nombre a Santa Bárbara de Casablanca, esposa del monarca español Fernando VII.

Carente de agua, se construyeron represas y embalses, las cuales le dieron un nuevo soplo de vida. Hoy por hoy es uno de los valles productores de vino blanco más importantes del país y ha hecho del turismo vitivinícola uno de sus puntos fuertes. Si lo que quieres es tomarte una buena copa de vino blanco, tan sólo recorre las decenas de viñas dedicadas a su producción, las cuales se encuentran repartidas a lo largo de la geografía de Casablanca.

Pero además de vino, este valle está lleno de tradiciones y cultura. La localidad de Casablanca lleva a cabo desde hace tres años una entretenida "fiesta costumbrista", que se desarrolla los primeros días de octubre y cuenta con presentaciones folclóricas de cantantes, comidas típicas y recorridos turísticos. La entrada es gratuita.

Una localidad muy recordada de este valle es Lo Vásquez, pequeño poblado de arraigada tradición católica debido a la peregrinación que se realiza todos los años en nombre de Nuestra Señora Purísima de Lo Vásquez, que convoca a miles de personas cada 8 de diciembre.




También conocido como la "Cuenca de Rancagua", recibe su nombre por el río que baña sus tierras y se extiende hasta el lago Rapel. Situado aproximadamente a 90 km al sur de Santiago, gracias a la baja altura de la Cordillera de la Costa en algunas zonas, los vinos que aquí se producen son distintos y especiales, convirtiéndolo en un valle único en la ruta del vino nacional.

El lago Rapel se ha transformado, con el pasar de los años, en un gran punto turístico de la región y del valle. Conformado por los afluentes de los ríos Tinguiririca y Cachapoal y sostenido por una represa construida el año 1968, es el lugar ideal para que disfrutes de un hermoso entorno natural donde practicar deportes náuticos. Puede ser visitado a lo largo de todo el año, siendo el verano la mejor época debido a su atractivo como balneario.

Parte importante del valle es Doñihue, una pequeña localidad situada a 20 km al sureste de Rancagua y que destaca por su artesanía en chamantos. Estos son mantas muy similares al poncho y de gran tradición "huasa", fabricadas a mano con una fina mezcla de seda y lana de oveja. Son parte de la vestimenta formal del huaso chileno y lucen llamativos colores y diseños. Si tienes sed, no hay problema, el pueblo es un afamado productor de pipeño, especie de vino blanco poco fermentado de larga tradición en el campo de Chile.

La Ruta del Vino de Cachapoal ofrece tours guiados por importantes bodegas productoras de excelentes vinos, especialmente de la cepa emblemática chilena Carmenére. Algunos incluyen cabalgatas, asados al aire libre y mountainbike.





Orgulloso de ser el valle con más hectáreas plantadas del país, el del río Maule resalta en el circuito del vino nacional. Ubicado en la región homónima, las primeras plantaciones se realizaron durante el tiempo de la Colonia. Actualmente posee una superficie de tres millones de hectáreas y está conformado por la provincias de Talca, Linares y Cauquenes, convirtiendo a la región en la de mayor producción vinícola de Chile. Muchas de las viñas se han organizado para que los visitantes puedan catar las diferentes variedades de cepas de la zona y experimentar.

Cuando visites el valle podrás observar que el gran atractivo turístico va más allá del vino, resaltando su naturaleza e imponente paisaje rodeado por la cordillera. Tendrás la oportunidad de conocer la Reserva Nacional Altos de Lircay, creada en 1996 con más de doce mil hectáreas de extensión y hogar de bosques nativos de roble, lenga y coigües. También destacan sus volcanes, los Descabezados y el Quizapú, este último el protagonista de la mayor erupción de la historia nacional. La mejor época para visitar este valle es en primavera u otoño; el tiempo es más agradable y hay menos visitantes.

Si prefieres quedarte en un ambiente más citadino, la ciudad de Talca es la opción. La capital de la región resalta por su historia y tradición. Aquí podrás encontrar el Museo O'Higginiano y de Bellas Artes de Talca, situado en plena Plaza de Armas de la ciudad, donde se encuentra la Declaración de la Independencia de Chile, un documento bicentenario de enorme valor patrimonial.



Ubicado en el sector oriental de la región de Valparaíso, el Valle de Aconcagua es el último de los llamados "valles transversales", los cuales se extienden desde Atacama hasta Valparaíso, entre la Cordillera de Los Andes y el Océano Pacífico, y que son parte importante de la gran riqueza natural de Chile. De vegetación silvestre e imponentes montañas, el Valle de Aconcagua, a 80 km al norte de Santiago, es regado por las aguas del río del mismo nombre que se desemboca en Concón, al norte de Valparaíso.

Sus atractivos van desde una indiscutible fertilidad, lo que lo hace ser uno de los valles más relevantes en cuanto a agricultura, ganadería y fruticultura, hasta su esencia "huasa", la cual lo ha hecho protagonista de algunas de las fiestas criollas más representativas que podrás presenciar, como por ejemplo, la fiesta de "la trilla a yegua suelta" –en la localidad de Putaendo–, las domaduras de potros o los rodeos, clásicas aficiones campesinas o "huasas".

San Felipe y Los Andes son dos de las localidades más características del valle, pero en toda su extensión podrás descubrir pequeños poblados ricos en historia y tradición, que harán de tu visita una experiencia única.

Si lo que quieres es conocer la majestuosa naturaleza del Aconcagua, entonces el lugar que debes visitar es la Serranía del Ciprés. En pleno corazón del valle y con el cordón montañoso Bellavista como telón, es un proyecto que intenta establecer la situación actual de los cipreses de cordillera que crecen a más de 2.000 metros de altitud. Accesible en todos los medios de transporte hasta la zona de picnic, cuenta con algunos de los senderos más hermosos de toda la zona, los cuales te mostrarán la verdadera esencia del gran Valle de Aconcagua. Las mejores épocas del año para visitarlo son primavera u otoño y es apto para camping.

El parque San Francisco de Los Andes, iniciativa privada reciente que se encarga de su conservación, ofrece opciones de pesca con mosca para aficionados (hay instructores) y expertos en el estero de San Francisco, donde abundan las truchas marrones. Está a solo 100 km de Santiago. Ahí puedes también hacer cabalgatas, excursiones y parapente.


No hay comentarios:

Publicar un comentario